Seguro que lo has visto en Instagram, TikTok o cualquier otra red social, pero hoy te voy a enseñar a prepararlo en casa. Se trata del omurice, un plato japonés que mezcla arroz con huevo y está rebueno. Su elaboración puede ser lo sencilla o complicada que quieras, pero yo he optado por lo primero. Que bastantes complicaciones tiene ya la vida...
Lo primero que vas a necesitar es arroz blanco cocido del día anterior, por lo que podemos decir que esta es una receta de aprovechamiento en toda la regla. Y no solo por eso, sino porque el arroz va acompañado de tropezones varios que pueden variar según lo que se tenga a mano. Cualquier resto de verdura o carne servirá para enriquecerlo.
El paso más delicado es el del huevo. Todos esos vídeos que vemos en las redes sociales muestran un punto de cuajado jugoso y un formado de la tortilla perfecto. No pretendas que te quede igual, pues lo que ves en la pantalla lleva mucho tiempo de práctica. Aunque yo te cuento cómo intentarlo y conseguir un resultado más que digno.
Comenzamos por la salsa con la que regar el omurice una vez emplatado. Para ello, en una sartén pequeña, calentamos el agua, el ketchup y la salsa Worcestershire. Removemos bien antes de añadir la mantequilla, que espesará la salsa ligeramente según se integra al resto de ingredientes. Retiramos y reservamos la salsa.
En la misma sartén preparamos la base de arroz. Troceamos el pollo en dados y picamos la cebolla, la zanahoria y la seta shiitake. Calentamos un poco de aceite en una sartén y salteamos el pollo unos segundos antes de incorporar las verduras. Sofreímos un par de minutos y agregamos el arroz, el ketchup, sal y pimienta al gusto. Removemos y sofreímos un par de minutos más. Lo colocamos en el plato de presentación, dándole forma ovalada.
Batimos los huevos, añadiendo una cucharada de agua y una pizca de sal, procurando no incorporar aire. Para ello los removemos sin levantar el tenedor, los palillos o las varillas. Calentamos una sartén de 20 cm, preferiblemente antiadherente, con un poco de aceite de oliva. Cuajamos el huevo removiendo sin parar, a fuego medio alto, sin dejar que pierda jugosidad.
En ese momento retiramos la sartén del fuego y formamos una tortilla, doblando los dos extremos opuestos hacia el centro. La volteamos, llevamos de nuevo la sartén al fuego, y le damos unos segundos de calor para que las uniones se sellen.
Deslizamos la tortilla, que ha de estar tierna y jugosa por dentro, directamente sobre el arroz que tenemos emplatado y servimos inmediatamente, decorando el omurice con la salsa y un poco de perejil picado. También la podemos cortar a lo largo y dejar que los lados caigan sobre el arroz. Al gusto.
Con qué acompañar el omurice
Arroz con pollo, verduras y tortilla...suena a que el omurice se puede servir como plato único. Vamos, que se basta por sí solo para llenar el estómago. Sobre todo porque la tortilla es generosa en huevos y la cantidad de arroz la puedes adaptar al hambre que tengas. Termina el menú con una pieza de fruta y ¡a correr!
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